EL CASO DE LOS NATIVOS EUROPEOS
Y LA LUCHA DE LOS BRETONES DE CARNAC


En todos los continentes existen comunidades autóctonas que conservan un bagaje tradicional, que se ha creado y desarrollado al margen de las sociedades establecidas por las grandes religiones históricas.
Hecho que también ha acontecido en Europa. Desde la acción expansionista del Imperio romano al advenimiento proselitista del cristianismo en adelante, siempre han existido Pueblos naturales que han sido objeto de grandes persecuciones y de sistemáticas evangelizaciones.
La historia menciona las persecuciones religiosas acontecidas en perjuicio de las culturas tradicionales que, debido a su naturaleza pacífica, no supieron defenderse. Momentos oscuros, en los que se daba muerte a los representantes de los antiguos cultos con el fin de erradicar la antigua tradición de los Pueblos naturales de Europa.
Muchas de estas culturas tradicionales han desaparecido por completo. Otras etnias, para preservar su identidad y no perder sus tradiciones de referencia, se han dejado aparentemente englobar por la sociedad dominante, ocultando las señales más características de su cultura que atraían las acciones de integración forzada y persecución, logrando de esta manera conservar su identidad tradicional.
Esta es la constatación histórica con la que se identifica precisamente el concepto de Nativos europeos. Un concepto identificable en la identidad tradicional de aquellos hombres libres que han intentado mantener una relación con el misterio de la existencia en el territorio europeo, manteniendo el esfuerzo de escapar a la censura y a la evangelización impuesta por el cristianismo.
Hombres libres que, en su relación con la naturaleza, han descubierto inevitablemente valores idénticos a los de otros Pueblos naturales diseminados por el planeta y han dado vida a culturas tradicionales, que tienen similitudes con las de estos otros pueblos. Tanto es así, que hoy son evidentes los lazos que unen culturalmente a los Nativos americanos con los Nativos europeos, más allá de las distancias geográficas e históricas de sus respectivos pueblos.
Hoy en día las antiguas tradiciones de Europa sobreviven en comunidades autóctonas, que mantienen viva la referencia a las antiguas tradiciones de los Nativos europeos. Sus lugares sagrados se siguen utilizando para los ritos religiosos y sociales.
En Francia, en Carnac (Bretaña), se está dando el caso de que una de estas comunidades tradicionales está pidiendo ayuda puesto que se le ha impedido ejercer su libertad de identidad espiritual y está siendo sometida a intimidaciones.
A pesar de que el Estado francés no prevé identidades diversas para salvaguardar su integridad nacional, esta comunidad, que podremos definir de Nativos europeos, ligada a sus antiguas tradiciones milenarias, reivindica igualmente su identidad específica y solicita que le vuelvan a permitir el acceso a la zona megalítica, la cual considera su lugar sagrado, símbolo milenario de su propia identidad. Se les ha impedido el acceso a este lugar, así como su libre uso tradicional.
El área megalítica de Carnac en cuestión ha sido requisada por el gobierno francés que, con la excusa de preservarla de los daños del turismo, ha cercado la zona e impide el libro acceso a la comunidad tradicional que vive en ese área.
Desde 1991 los habitantes del lugar tienen prohibido el acceso a causa de un proyecto que transformará el sitio en un parque arqueológico con fines comerciales. La comunidad tradicional bretona no se resigna a perder su antigua referencia y ha emprendido una acción de protesta que dura ya 15 años. La protesta está dirigida por el movimiento "Menhirs Libres", que se ha hecho portavoz de la Comunidad bretona. Protesta que con el paso del tiempo se ha ido haciendo cada vez más dura.
Cèline Mary, presidente de "Menhirs Libres", afirma: "Este lugar siempre ha estado habitado y ahora el Estado quiere transformarlo en un museo. Esto significa quitarle la vida, despojarlo de todo lo que tiene. Los menhir siempre han sido un lugar de vida y tienen que seguir siéndolo siempre."
La comunidad tradicional bretona es consciente de que si perdiera la relación moral con su propio símbolo representado por el sitio arqueológico, correría el riesgo de perder, después de milenios de continuidad histórica, su propia identidad cultural, espiritual y social.
Si esto ocurriera, no solamente el alma continental europea, sino toda la humanidad asistiría a la depauperación inútil y para siempre de un testimonio tradicional de sus raíces, ya que se perdería el valioso legado espiritual que representa la comunidad histórica de Carnac.