LOS PUEBLOS NATURALES


El caso de los Pueblos naturales

Vivimos en un mundo que ha sido construido y diseñado por las grandes religiones históricas del pasado que siguen manifestándose en nuestra época. Todo lo que vivimos se desarrolla dentro de una precisa filosofía de vida, que determina todos los aspectos de nuestra cotidianidad.
Estamos acostumbrados a vivir y a aceptar como normal el mundo que ha sido diseñado por las ideologías religiosas y estamos acostumbrados a concebir la búsqueda de la espiritualidad a través de estas entidades, en las que delegamos esta facultad sin concebir la posibilidad de que pueda ser de otra manera.
Sin embargo existe el caso de los Pueblos naturales, los pueblos indígenas o nativos del planeta, que no tienen una referencia ética y espiritual en las grandes religiones que han surgido a lo largo de la historia, sino que, por el contrario, viven y proponen su propia manera de ver y concebir la vida.
Pueblos que no se han dejado asimilar por las culturas históricas, que han luchado valerosamente por defender sus tradiciones y no han adoptado las referencias éticas y espirituales de las grandes religiones surgidas a lo largo de la historia. Pueblos que viven y proponen su propio modo de ver y relacionarse con la vida, basándose en los valores intrínsecos de la naturaleza.
Los Pueblos naturales representan una forma de cultura y de espiritualidad, que no surge en el contexto de las grandes religiones históricas, tiene su propio origen pero ha permanecido paralela a éstas, a causa del inevitable acercamiento planetario, conservando su milenaria trayectoria histórica de manera independiente y original en diferentes segmentos de la historia.


La referencia a la Naturaleza

Los Pueblos naturales tienen como referencia la naturaleza. Una referencia que no debe entenderse como el simple respeto de los ritmos de la existencia, sino sobretodo como referencia al misterio que expresa a través de sus manifestaciones. No el misterio referible a la ignorancia de las cosas, sino al misterio que representa la naturaleza mística de la existencia.
Los Pueblos naturales se presentan aparentemente diferentes entre si debido a sus costumbres y cultura, así como son diferentes las latitudes geográficas y las épocas históricas en los que se han manifestado. Pero todos ellos, desde los Celtas hasta los Indios de América, están unidos por la característica espiritual establecida por la relación con la Naturaleza, que identifican en el concepto de Madre Tierra.
A pesar de las diferencias geográficas y temporales, manifiestan una identidad común que va más allá de su manifestación cultural y que los acomuna en una sola y profunda experiencia espiritual.
Los Pueblos naturales son portadores de tradiciones antiguas, que representan las bases de las raíces históricas de la humanidad. Podemos citar, por ejemplo, mitos universales como el mito del Edén, el mito del Graal o el mito del dragón. Símbolos y alegorías que luego han sido retomados por la sociedad mayoritaria.


La reevaluación de la experiencia de los Pueblos naturales

Durante mucho tiempo, las grandes religiones han tachado de superstición e ignorancia las visiones del mundo de los Pueblos naturales, omitiendo su verdadera naturaleza experiencial.
Han presentado a estos pueblos como restos arqueológicos, que no han evolucionado y que han sobrevivido a la historia como curiosidades antropológicas. Pero los Pueblos naturales no son temas de estudio que se puedan exponer en un vitrina de un museo de antropología. No son culturas que se han quedado atrás en el tiempo.
Los Pueblos naturales son culturas vivas que, a pesar de las persecuciones sufridas, han vivido su historia al margen de la de las grandes religiones, procediendo por su propio camino evolutivo.


El caso de los Nativos europeos

Podemos citar la historia, las persecuciones y la continuidad histórica de los Nativos americanos. Pero hay que considerar que también en Europa ha sucedido lo mismo.
De esta constatación nace el concepto de la existencia de Nativos europeos, a la par de los Nativos americanos y de los Nativos de cualquier otro continente, que se añaden al grupo de los Pueblos naturales.
Es un concepto identificable en la identidad tradicional de aquellos hombres libres que han buscado mantener una libre relación con el misterio de la existencia en tierra europea, actuando el esfuerzo de huir primero de la colonización por parte del Imperio Romano y luego del procedimiento de evangelización impuesto por el cristianismo.
Hombres libres que, en su relación con la naturaleza, inevitablemente han descubierto valores idénticos a los de otros Pueblos naturales esparcidos por el planeta, dando vida a una cultura tradicional que tiene similitudes con estos otros Pueblos. Por tanto, hoy aparecen evidentes los vínculos que unen culturalmente, por ejemplo, los Nativos americanos y los Nativos europeos, más allá de las distancias geográficas e históricas de los respectivos Pueblos.


El mensaje de esperanza de los Pueblos naturales

Hoy, los Pueblos naturales son poblaciones vivas y vitales, presentes en la historia, y cada uno de ellos tiene una tradición bien concreta, que debido a su unívoco sentido de universalidad tiene mucho que aportar a un mundo lacerado por las guerras religiosas.
En efecto, se puede observar como a partir de la espiritualidad de los Pueblos naturales se puede llegar a la intuición de la existencia de una espiritualidad universal, en la que hasta ahora no se había pensado.
La espiritualidad de los Pueblos naturales, en su referencia a la naturaleza, puede dar ejemplo de cómo se puede vivir en contacto con la misma naturaleza, de la necesidad de respetarla, de la posibilidad de que haya una efectiva hermandad entre los Pueblos y de una unidad espiritual que haga referencia a una religión natural que sea común a todos los Pueblos del Planeta.
Los Pueblos naturales manifiestan valores de gran importancia para toda la humanidad. Valores fundamentales del hombre y del sentido de la existencia, que no han sido contaminados y distorsionados por las interpretaciones históricas y por parte de las grandes religiones, y que hoy pueden contribuir de manera muy valiosa a la evolución del individuo y del planeta.


(De "Popoli Naturali e l’Ecospiritualità®", (Pueblos Naturales y la Ecoespiritualidad) de Giancarlo Barbadoro y Rosalba Nattero, Ediciones Triskel -Turín 2008)